El verano en Santiago

Siempre he pensado que Santiago durante los meses de enero y febrero se transforma en un lugar ideal para vivir y disfrutar. Aunque quizás sea la manera de verlo cuando sabes que durante esos dos meses te la pasarás en Santiago y no en la playa o el lago como muchos otros chilenos.

Reconozco que ver menos autos en las calles durante estos meses es un alivio, especialmente cuando el resto del año debes lidiar con horas de tráfico en todas las esquinas. Pero también es un hecho que la gente anda más relajada, pensando en las vacaciones, pasándola bien en el trabajo, dejando atrás el estrés de diciembre y disfrutando del clima.

Y aunque los primeros días de enero han sido un horno, se nota la disposición de los santiaguinos de usar las tardes para caminar, para ir por un helado con un amigo o disfrutar de la enorme oferta cultural de esta época del año.

Si de algo no nos podemos quejar en enero es de no tener qué hacer porque entre los ciclos de cine al aire libre que organizan los diarios La Tercera y El Mercurio, el ya conocido festival de teatro "Santiago a Mil", o los miles de cursos y eventos musicales que se organizan para esta fecha hacen de enero uno de los meses más cargados culturalmente hablando.

Febrero, en cambio, es más tranquilo. Hay aún menos personas en Santiago, menos oferta cultural, pero el mismo clima y las mismas tardes refrescantes que te invitan a los happy hours.

Para los que no saldrán de vacaciones en estos meses, al igual que yo, les recomiendo aprovechar Santiago, sus descuentos y alternativas y sobre todo de ese momento del año donde hay caras felices y un clima estimulante...