Tuesday, September 30, 2008

Un suspiro en 15 dias...

Aquí termino mis primeras vacaciones después de largos 10 meses... Y digo largos porque me había acostumbrado a tomar un avión o un tren cada cuatro o seis semanas y desde que llegué a Chile esa sensación de estar al fin del mundo se me hizo más patente que nunca.

Aquí termina este periplo por Nueva York y Boston, un viaje que ha sido muy especial en muchos aspectos y bastante inusual en otros. Y aunque es mañana cuando me embarco nuevamente rumbo a Chile ya siento estar terminando estas vacaciones y haciéndome el ánimo de volver al trabajo, a Chile, dejar de ser una viajera, y a volver a mi rutina.

Quizás lo que más me cuesta ahora es volver al trabajo, pese a que ha sido justamente eso lo que más me ha costado dejar de lado en estos casi 15 días de viaje. Supongo porque escogí una ciudad donde la información está siempre presente, o quizás porque mis vacaciones coincidieron con uno de los momentos históricos de la economía norteamericana y mundial.

Pero las cosas pasan por algo y he vuelto a disfrutar e incluso a extrañar las conversaciones "inteligentes" que no se suelen dar en Santiago. Discutir de política, escuchar opiniones de quienes lideran periódicos, e incluso asistir a una mesa de sátira política y económica en pleno Harvard han sido parte de estas vacaciones.

También quedará el recuerdo de más de 400 fotos por descargar, algunos regalos por entregar, el haber compartido con Kangi y Geri, el encuentro con la Camila y la Carola y el gran musical de Chicago. Quizás la gran deuda sea no haberme encontrado con la prima, con quien inicialmente pensé este viaje.

Dos semanas se me hicieron nada, un suspiro, a penas un abrir y cerrar de ojos, y lo peor es que ya se terminó. Y es que me queda la sensación, aunque ya lo he constatado en más de alguna ocasión, que de verdad siento que aprendo 100 veces más en cada viaje que emprendo que lo que aprendo sentada en mi escritorio... que terrible contradicción y que difícil solución a ese problema.

En fin... supongo que es parte del ser adulta tener que lidiar con estas contradicciones, mientras me toca nuevamente ahorrar para viajar, porque si hay algo que quizás ahora sí necesite son vacaciones...

Sunday, September 14, 2008

Un mundo de energías

Nos movemos por energías. Vivimos de energías. Y respiramos energía. Cuando entramos en un lugar, casi siempre, terminamos contagiándonos con la energía que ahí impera e incluso muchas veces podemos sentirla desde el primer momento, especialmente cuando esa energía es negativa.

Una cita, el primer día de trabajo, una fiesta, las vacaciones, el matrimonio, los nacimientos, la muerte e incluso una llamada telefónica son momentos y situaciones llenos de energía, energía que nos intranquiliza, nos mantiene despiertos, nos hace sentir vivos.

Es cierto que a veces las energías se mueven con mucha facilidad de un extremo a otro y que cuesta dominarlas, o que incluso nos llevan a tomar decisiones "estomacales" con bajas dosis de racionalidad. Pero son justamente esas las que más me gustan, porque solo se siente bien, aunque no sepas si es lo que corresponde.

No es fácil para una virgo como yo dejarse llevar por las energías, pese a que creo tener una sensibilidad especial para percibirlas, y aunque a veces sí me dejo llevar, e incluso me marcho o alejo de esas energías que enturbian el ambiente, a veces debería ser más osada y trabajar más a la par con ellas.

Hoy me mueven las energías de un viaje, normalmente mis favoritas, de mis vacaciones, de esos días que pasaré en Nueva York y Boston recorriendo cada rincón de esas ciudades desconocidas. Es una energía potente, especialmente porque me hace crecer y dejar de lado la sensación de estancamiento que por momentos me invade.

Aprovecho entonces de despertarme y dejar fluir esas energías nuevas que están por venir... a veces es necesario, cierto?

Sunday, September 07, 2008

Y pasamos agosto!

Es como si hubiese dormido todo agosto, o al menos así parece en el blog, pero fue todo lo contrario. Muchas cosas en la cabeza, intenso ajetreo diario, preparativos, celebraciones y el fin del mes que se supone dice adiós al invierno.

Cumplí 31 años a fines de agosto, y como nunca antes había pasado, celebré mi cumpleaños una semana completa. Incluso había olvidado lo que era celebrar mi cumpleaños y más aún recibir regalos, y muchos. Agradecí los abrazos, las comidas, la fiesta y los almuerzos que tuve durante esa semana, aunque la pesa al final dijera lo contrario.

Pero agosto también vino cargado de días de lluvia, mucho cansancio y días de mucho trabajo. Quizás ya esté sintiendo la necesidad de unas vacaciones o quizás la ansiedad de pensar que en 10 días estaré tomando un avión nuevamente fuera de Chile me tenga con la mente fatigada.

Los preparativos para el viaje también fueron parte de ese agosto que ya se fue, y también un mes lleno de reencuentros con amigos de Barcelona que pasearon por Chile en esos días. La nostalgia puede a veces disminuir la energía? Porque si hay algo claro es que en el mes de los gatos estuve en deuda de energía. Creo que hace muuuuuchos años que no me resfriaba con tanta intensidad y tan largo, y que pese a cuidarme, el tapsin y los pañuelitos fueran mis mejores aliados.

Pero pasamos agosto, como celebró Bachelet la semana pasada con un grupo de personas de la tercera edad, y ahora comienzo a disfrutar de este frío inicio de septiembre, del mejor mes del año, de las tardes más luminosas y los árboles floridos.

Comienzo además la cuenta regresiva para embarcarme a NYC-Boston, el cual parece ser el único gran viaje de este año 2008, y el que espero sean mis vacaciones soñadas.