Wednesday, July 07, 2010

Dos trazos y un borrón!

Habían pasado varios años antes de volver a emprender un viaje sola. Volver a tomar un avión desde este último lugar del mundo y volar muchas horas para aterrizar en lo desconocido.

Esta vez fue Canadá, un país al otro extremo de Chile y que comparte esos parajes verdes y frondosos del sur, la lluvia, el viento y el frío intenso.

Pero Canadá es del primer mundo y Chile no. Lo que se suma a que Canadá es un país formado por inmigrantes, donde en una misma cuadra conviven personas de los más diversos colores, religiones, lenguas y donde la premisa básica es la tolerancia... lo que se agradece!

De estos casi 2o días de viaje por las más importantes ciudades de Canadá hay varias historias que contar, unas cuantas lecciones y miles de fotos que servirán para recordar el país del "maple tree", pero sobre todo el recuerdo de la amabilidad de la gente y del grado de conciencia por el del lado, lo que muchas veces en Chile hace falta.

Porque si hay algo que concluí en este viaje es que los canadienses tienen lo mejor de los gringos y lo mejor de los franceses. Un país donde todo funciona bien, moderno, donde hay seguridad en la mayoría de las ciudades, con una obsesión por cuidar el medioambiente, donde buscan y logran una calidad de vida envidiable y quizás lo que más me impresionó.... que sonríen mientras caminan por las calles.


Pero nada es perfecto. Y tampoco Canadá. El costo de la vida es altísimo, comparable con París u otras ciudades europeas, pero sobre todo el clima gélido y lluvioso hacen de estas tierras poco apetecibles para quedarse por años... al menos para mí. Porque si no fuera por esos dos grandes "detalles" no dudaría en estar empacando.

Mientras tanto, guardaré en mi memoria el encuentro con mi amiga Karla en Toronto y los increíbles días en esa preciosa ciudad. No olvidaré mi viaje de regreso desde Victoria Island a Vancouver y la excelente compañía que tuve, ni tampoco mi compañero de asiento en el vuelo de Vancouver a Toronto, ni menos el paseo en auto por Montreal y la especial invitación que me hicieron.

Y espero estar pronto paseando nuevamente por Canadá...pero esta vez será por sus parques nacionales que quedaron pendientes...

Au revoir!