Una empanada por un camembert!
Fue mi primer 18 fuera de Chile. Era extraño. No había olor a empanada, menos a chicha. Las ramadas no aparecieron por ningún lado y el sonido de una cueca sólo se escuchó en la memoria.
Septiembre tiene todo para ser un mes de "glorias". En Chile aparece el sol, se inicia la primavera, hay ánimo de fiesta, se toma mucho, se baila otro tanto y el asado es el rey. Pero este año todo fue sólo un lindo recuerdo y la sensación de nostalgia por ese ambiente de celebración.
Una empanada por un camembert. Ese fue el trueque. Mientras pensaba en cómo mis hermanas sucumbían en el alcohol, y mis amigos disfrutaban de unas empanadas, un choripán y un buen pedazo de carne, yo me consolaba con una increíble baguette con el mejor de los quesos franceses: el camembert.
Ciertamente no fue un suplicio, ni menos una tragedia, sólo distinto. Este 18 de septiembre lo pasé en St. Tropez, uno de los tantos pueblitos que están a la orilla de la ribera Mediterránea francesa, que realmente son dignos de ser pintados y donde el lujo desborda la realidad.
En ese lugar y varios otros que recorrí con mis padres la última semana con suerte sabían dónde estaba Chile, menos sabían qué era una empanada o la chicha. Impensable para ese lujo, para el glamour de Cannes, de Niza, de Mónaco, etc.
Pese a todo... pese a ser espectadora de todo ese lujo, y pese a los creppes con nutella (prefiero olvidar el número que me comí), a los camembert, al vino francés, a la pastelería, a todo lo que probé este 18 y 19, la nostalgia por ese asado y por esa celebración "a la chilena" es algo que no logré sacarme de la cabeza.
Y ya es 22. Y ya llegó la primavera en Chile y el otoño en Barcelona...
Dónde pasaré mi próximo 18 de septiembre?
Viva Chile!!!!