Saturday, June 30, 2007

Paris et voilà!

Creía que había visto muchos en Barcelona, que ya había tenido varias experiencias con el mundo homosexual, que aunque no había sido víctima de alguno ni menos gusto de algunas mujeres, sí había participado de varias ocasiones jocosas, entretenidas, incluso carnavalescas... pero me equivoqué.

Hoy fue el "Gay Parade" de París, la mayor concentración, desfile, carnaval que he presenciado en mi vida de este tipo. Insisto no ha sido el único, pero éste desbordó las dimensiones, las características, incluso el tipo de persona asistente.
Un desfile que comenzó en Montparnasse a eso de las 13 horas para luego recorrer pleno centro de la capital francesa, Saint Germain, Saint Michel, Henry IV, para finalizar 4 horas después en la Plaza de la Bastilla, un lugar que cada día se me hace más familiar por la cantidad de actividades que ahí se hacen.

Fue una experiencia muy divertida, pero muy extraña a la vez, donde no faltó la gente rara, los desnudos, las banderas multicolores, las plumas, la música electrónica, el buen ánimo, los regalos sugerentes, los movimientos de cadera, y la sensación que la elegancia de París se la llevaba el Sena...

Fueron 4 horas donde la capital cambiaba de color, se llenaba de música, alegría, caras sonrientes y otras de asombro, aparecían los partidos políticos, los deportistas, los bailarines, de todo, homosexuales -la mayoría-, curiosos, el resto.

Admito que me asombró especialmente la cantidad de público, la cantidad de niños pequeños con banderas multicolores que a penas entendían qué era este carnaval, los partidos políticos bailando y gritando por la lucha de la libertad de género, el club deportivo homosexual, la cantidad de barrigas al aire, nalgas descubiertas, y abuelitas viviendo con intensidad una celebración que a ratos se transformaba en una locura delirante.

Y aunque dicen que la mayor “Gay Parade” en el mundo ocurre en Brasil, al menos la de París ya me pareció enorme y también toda una experiencia...

Wednesday, June 27, 2007

Bailando en el río!

La idea me pareció genial y demasiado "chic" como para resistirme. Sería -además- mi primera ida a una discoteque en París y era la oportunidad para mirar cómo movían el esqueleto los parisinos... La cita fue a las 13:3o am en el barco Concorde Atlantique, a orillas del Sena, justo frente al Museo D'Orsay, en pleno centro de la capital.

Entramos con la Dani... recorrimos los tres pisos que habían, y aunque para mi amiga la desilusión fue un poco mayor que la mía porque no estaba "lleno" como solía estar, igual el lugar era muy especial y toda una novedad.

Ahí supe que no es el único barco que funciona como discoteque por la noche, que tiene este aspecto entre "fashion" y muy romántico, y al que normalmente no concurren en masa los miles de turistas que visitan París, lo que es un buen punto.

Lo cierto es que fue toda una experiencia... y aunque podría haber sido mejor, no estuvo mal. Quizás si la entrada no fuese tan cara; los tragos te permitieran más de dos sorbos por los 8 euros que cobran; si la música fuese más latina; y si el barco tuviese aire acondicionado en los dos pisos que están bajo el agua, la noche habría sido calificada de perfecta. Pero de que nos movimos, nos movimos... Y eso estuvo genial!

Y como prueba del baile a orillas del Sena está esta foto y el link de la página donde fue publicada...

PD: Que quede constancia que el fotógrafo era un principiante y que demoró con nosotras como 10 minutos en tomarnos como 8 fotos para finalmente publicar esta...

Wednesday, June 20, 2007

Nadie dijo que vivir en París fuera fácil….

Llevo algunos días sufriendo de lo que aquí llaman “el síndrome parisino”. Ya sé que no soy la única porque he conversado de mi nueva “patología” con algunas víctimas recientes o que ya llevan un tiempo buscando sobrellevarla, y eso me tranquiliza.

Los síntomas son evidentes y de rápida iniciación. Comienza con el olfato, ese sentido que a distancia puede percibir olores –buenos y malos-, que te evoca situaciones, personas, lugares y que al menos aquí en Francia es uno de los más utilizados…

Luego se extendiendo hacia la boca y comienzas a salivar. Pero hasta ahí aún no es conciente y sólo sientes que te carcome desde temprano por la mañana hasta tarde por la noche.

La tercera fase de desarrollo de esta “patología” es cuando ya no sólo está el olfato en contacto con el olor y las papilas gustativas trabajando a mil, sino que empiezan a sonar las tripas de manera brutal. Es entonces cuando racionalizas el hecho, haces consciente lo que estás viviendo y tomas conocimiento que estás presente ante una situación que nunca antes habías vivido y que no sabes bien cómo controlar.

La secuencia del “síndrome parisino” comienza a las 9 am., cuando sales de tu casa rumbo al trabajo o a la escuela y pasas frente a las 10 ó 20 pastelerías (boulangerie) y el olor a pan recién horneado, pasteles, y confites te hacen sentir hambre cuando llevas sólo algunos minutos de haber tomado desayuno. Continúa al medio día si es que sales nuevamente a la calle a comer algo, o simplemente a caminar. Ahí la situación llega a ser insostenible. Se repite cuando sales de tu trabajo o escuela y nuevamente el olor te nubla, no te deja pensar y te obliga a tener mucha fuerza de voluntad y no comprar algo o simplemente saciar el apetito.

Es una enfermedad cruel, de constante sufrimiento, donde estás todo el día –literalmente- pensando en comer baguette, pain au chocolat, creppes con nutella, macarrones, y una decena de cosas más que aún no conozco sus nombres, pero que de sólo mirarlos deben ser un manjar para la boca.

El problema es que si mi diagnóstico no falla creo estar en la curva ascendente en lo que a síntomas se refiere, ya que aún no sueño con ellos, ni tampoco sufro de fatigas a falta de; pero sí puedo decir que ya he sido capaz de tener que bajar de un 11avo piso a las 8 de la noche para ir a buscar una boulangerie abierta.

¿Cómo lo harán esas miles de parisinas que parecen espárragos de flaca? ¿Serán realmente felices sin poder comer estas delicias o es que las comen a escondidas y luego utilizan otros “métodos” para quemar esas calorías? Acepto sugerencias….

Sea como sea, vivir en París es mucho más difícil de lo que pensaba… y aunque espero no tener que recurrir a Slim Center a mi regreso estoy segura que no podré abstenerme del todo, menos cuando SIEMPRE está al alcance de la mano.

Friday, June 15, 2007

El verde parisino!

París es de color azul, como me dijo mi Partner hace más de un año. Pero ese color cambia radicalmente si caminas por calles y avenidas y te asombras del color verde que rodea a los edificios, a los monumentos, o que simplemente adorna cuadras y cafés.


Es un verde intenso, de árboles frondosos, cómodas y románticas banquetas y acompañadas de piletas, lagunas y fuentes de agua. Son los parques y jardines de París. Un lugar privilegiado para escuchar música, leer, hacer un picnic, o simplemente dormir.

Hay muchos, de distintos tamaños y características. Y aunque aún me falta conocer algunos, por ahora mis favoritos son: Los Jardines de Luxemburgo, y el Parque de Montsouris. Ambos, ubicados en la ribera sur de París, tienen una vida increíble, especialmente los fines de semana, cuando la familia entera se vuelca al parque con baguette en mano, botellas de vino y una variada gama de quesos y embutidos.

Comencé por los parques en mi recorrido por París porque creo que habla mucho de cómo es la vida en esta ciudad, cómo interactúan franceses y extranjeros, o cómo simplemente se disfruta una tarde de domingo en plena primavera.

Así fue como inicié el recorrido un sábado en el Parc des Buttes Chaumont y me encontré con parisinas tomando sol en bikini, un japonés tocando una flauta, y una familia enorme celebrando un cumpleaños con mucha comida. Todo acompañado de una excelente banda de música que tocaba canciones clásicas.

El domingo fue el turno del Parque de Montsouris. Con la Dani nos "echamos" un buen rato mientras mirábamos a una pareja que practicaba capoeira, los niños corrían tras un perro, muchos tomaban sol a la orilla de la laguna, y otros dormían bajo un árbol. Un parque lleno de gente, alegre, colorido, pero a la vez con esa tranquilidad que te permite el contacto con la naturaleza.

Ayer mientras llovía caminé hacia el Parc de la Villette, al norte de París, casi donde termina el perímetro central y que alberga el Conservatorio de Música, un teatro, la Ciudad de las Ciencias, y varias cosas más, y me encontré que pese a la lluvia había vida. Niños por todos lados, parejas almorzando, futbolistas practicando, y muchos franceses trotando. Un parque precioso, que lo adorna una gran cúpula de espejos y que se caracteriza por ofrecer ciclos de música y cine al aire libre en verano.

Y así podría pasarme horas detallando cada parque, cada jardín y celebrando la energía que ofrecen, el ánimo, los colores, la vida. Y quizás lo que más me gusta sea el respeto que los franceses tienen por ellos y lo bien que saben aprovecharlo.

Aún me quedan por visitar algunos y quizás entonces pueda hacer un ránking de cuáles son los más lindos y que valen la pena conocer…

Saturday, June 09, 2007

Bienvenu à Paris!!!

Es junio y estoy en París. Una locura quizás, uno sueño, tal vez, un capricho... seguro.

Sea como sea hoy cumplo mi primera semana en esta ciudad. Siete días de encuentro, descubrimiento, caminatas, conversaciones, crepes, quesos y baguettes.

Una semana que me ha enseñado a que debo aprender este idioma si quiero poder darme a entender. Siete días donde he conocido mucha gente y tal como una esponja he absorbido cada una de las frases, de las recomendaciones, de los consejos y comentarios respecto a cómo moverse en París, cómo es la vida en la capital francesa, dónde ir y dónde no, qué metro sirve para llegar, qué comer y dónde, cómo se dice y cómo se pronuncia.

Me encanta París y por eso volví. Y con sol mejor aún. Los colores se hacen intensos y la gente está más contenta en la calle y los parques. El ánimo veraniego es total, y aunque los días no han sido totalmente despejados, sí el calor y la humedad ayudan a esa onda más entretenida.

Hoy comienza una nueva parte de esta travesía por París, ese viaje que ya tiene una semana y que ahora se desplaza a la casa de la familia francesa que me acogerá hasta los primeros días de agosto. Una familia de 5 integrantes, 2 ratones y varios peces en la que vendré a ocupar un sitio y practicaré mi incipiente francés.

Creo que lo mejor de este momento es precisamente tener ese tiempo para caminar por París sin prisa, sin ser turista, y mientras tanto aprender esta lengua y conocer la vida de los parisinos. Recorrer la ciudad con tiempo es una gran posibilidad que hoy no dejaré de aprovechar.