Tuesday, May 30, 2006

La civilidad ante todo!

Barcelona me llama la atención. Diariamente, al menos una noticia sobre buenas conductas, civilidad y respeto aparece en todos los diarios de la capital catalana. El énfasis que se hace respecto a este tema demuestra en parte lo que se puede ver en jardines y calles de la ciudad cada día, pese a la vorágine de los miles de turistas que visitan constantemente la capital de Catalunya.

Es común ver que quienes pasean a su perro siempre lleven una bolsa para recoger las fecas, o que los altercados en las calles siempre finalizan verbalmente y no físicamente como en otras ciudades del mundo, o que la obligación de reciclar se cumple en la mayoría de las veces.

Pese a todo lo anterior que para una latinoamericana ya son muestras de "mucha" civilidad, las autoridades catalanas no dejan de inculcar y hacer hincapié en la necesidad de no ensuciar la ciudad, de respetar los espacios públicos, de mejorar la convivencia.

Hoy el tema en la prensa catalana es la limpieza y el orden de las playas del litoral de Barcelona. Aún no se inicia el verano, sin embargo, las temperaturas han hecho que las playas se colmen de personas durante los fines de semana. Ante esta situación las autoridades ya se anticiparon al posible "caos de incivilidad" y anunciaron que serán instalados 85 baños públicos en toda la zona para evitar así los malos olores, problemas de higiene y la incomodidad ciudadana.

Asimismo hoy se denuncia por los periódicos que 37 pueblos catalanes no reciclan pese a estar obligados por ley, lo que corresponde a unas 5 mil personas. Sin embargo, también se destaca que la cantidad de toneladas de residuos que genera la comunidad autónoma de Catalunya disminuyó levemente respecto al año anterior, lo que a juicio de las autoridades de salud implicaría un cambio de tendencia.

A lo anterior hay que agregar que a principios de 2006 se promulgó la nueva ley de conducta cívica la que prohíbe, entre otras cosas, orinar en la vía pública y consumir alcohol en las calles.

Ejemplos como estos y la constatación personal de que en Barcelona se privilegia la tranquilidad y el silencio en edificios y calles y que se evitan los combos o agresiones físicas en peleas callejeras demuestran una cultura donde la civilidad siempre va acompañada de consultas populares, de participación ciudadana y de duras sanciones a quienes infrinjan la ley.

Pese a que Barcelona es conocida como la “ciudad del carrete” donde todo funciona hasta altas horas de la madrugada, este otro lado busca mantener esa tranquilidad y respeto de una ciudad que aún goza de un aire pueblerino. Aquí los gritos nunca serán bienvenidos.

Sunday, May 21, 2006

Un 21 de mayo de 2005!

Hace justo un año emprendí rumbo a Italia... Fue un viaje de mucho aprendizaje y diversión, de gran desafío, pero sobre todo, un viaje que me impulsó a estar hoy en Barcelona.

Era mi primera escapada sola. Mi primera travesía por el continente europeo. Mis primeros 20 días disfrutando de un idioma, de un país, de una gastronomía y de unos lugares que quedarán por siempre marcados en mi memoria.

Y aunque lo más difícil de viajar sin compañía es justamente la imposibilidad de compartir con alguien cercano tus experiencias diarias, no me arrepiento, porque fue sin duda el mejor de los viajes que he hecho en toda mi vida, no tanto por el destino en sí, sino por lo que representó y por las consecuencias que tuvo.

Aunque sólo fueron unas vacaciones más, el tiempo que pasé recorriendo las ciudades italianas, las miles de anécdotas que me pasaron y la experiencia que tuve al viajar sola fueron -y de eso estoy segura- el impulso que necesitaba para dar el salto y creerme el cuento.

Y aquí estoy, tras casi 8 meses en Barcelona, esperando el momento de poder nuevamente pisar tierras italianas y disfrutar de la comida, la gente y los lugares que más me gustaron... Pero ahora con calma. Al menos la cercanía es menor y no necesitaré cruzar el Atlántico para volver....

Ciao Italia!

Thursday, May 18, 2006

La noche de los culés...

Se sabía que sería una fiesta y también que no sería fácil. Días, semanas y meses esperando esta gran final. Grandes y chicos ilusionados con ver a su equipo alzar la copa. Mientras yo y Anita deambulábamos raudas por calles y callejones en busca de un local que nos permitiera ver el emocionante duelo, luego de constatar que el tradicional bar xileno del Gótico, el "Hugo" tenía sus puertas cerradas.

En las calles todo el mundo iba apurado. Había que cerrar tiendas, comprar las últimas cosas en el supermercado, llegar pronto a casa o ir al bar donde te esperaban los amigos. Para lo que no había espacio era para perderse ni un sólo minuto del partido entre el Barcelona y el Arsenal, por la final de la Champions League 2006 en Paris.

20.48 horas. Pitazo inicial y la ciudad se silenció. El sufrimiento, la emoción y la ansiedad contenida se empezó a vivir en departamentos y bares, mientras las calles albergaban a unos pocos que no se sumaban al espectáculo deportivo o simplemente no entendían qué pasaba.

Gol del Arsenal. Suspiros, caras largas y más de algún alegato. Pero no había ánimo de siquiera pelearle al televisor. Anita poco entendía, pero sí sabía que su paso por Barcelona no podía terminar con derrota. Dos copas de sangría, una bocata de chorizo para pasar el momento. Terminaba el primer tiempo.

Cuesta describir el grito que surgió de cada uno de los que estábamos en ese bar mirando el partido cuando Eto'o marcó el primer gol. El ánimo mejoró, empezaron nuevamente los cánticos culés y la esperanza del segundo... hasta que llegó. Sólo faltaban 10 minutos para que el partido terminara cuando Belletti, servido por Larsson remató, dejando la Copa en manos españolas.

El festejo en las calles sólo comenzó tras ver tocar y levantar al capitán Puyol la Copa de los Campeones de Europa. 125 mil personas se reunieron en el perímetro de Plaza Catalunya, un espacio pequeño para recibir tanta gente. Por eso transitar se convirtió en todo un desafío.

Fotos por aquí, petardos por allá. Todo el mundo gritaba, cantaba y sonreía con un título más que merecido. Nadie quería perderse la celebración. El ánimo daba para mucho, mientras de fondo los fuegos artificiales ponían un toque al espectáculo.

Era casi la medianoche. "¿Anita nos vamos?", pregunté. "Sí, vamos", me respondió. Tratamos de caminar hacia la entrada del Metro, ella primero, yo iba atrás. Entonces fue cuando empezamos a sentir con fuerza como se producía una fuerza humana que giraba en círculos. Estábamos en la mitad de la corriente. No nos llevaba a ningún lado y cada minuto era más asfixiante. Si te caías era el fin. En ese momento la meta fue mantenerse en pie y tratar de arrancar de ahí.

"Salgamos por allá", me dijo, apuntando a un espacio de mayor libertad. “Berni, Berni, Berni”, me gritó, pero yo no escuché. Mientras trataba de liberarme de esa masa de gente la perdí de vista… la corriente me arrastró en sentido contrario.

Después de mucho logré zafarme y respirar, me había salvado, pero la Anita ya no estaba.

Así terminó la noche azulgrana. La celebración de ser los campeones de Europa. La fiesta en la que participé como espectador e hincha de un equipo al cual nunca conocí sino que hasta que pisé suelo en BCN.

Hoy la fiesta continúa con una caravana que comenzará a las 17:30 horas (local) en el Puerto y finalizará en el Camp Nou, pero antes el equipo ganador pasará frente a mis ojos, frente a mi casa. Espero la caravana no se desvíe.

"Barcelona aclama a sus héroes 'europeos'"

Thursday, May 11, 2006

De tacón y taconeo!!

La cita era a las 21:30 en el Teatro Tívoli de Barcelona, pleno centro de la ciudad. Ahí me esperaba una silla en la cima del anfiteatro y uno de los espectáculos más esperados desde hace ya varios años, al menos para mí.

El sonido de fondo, las luces azules y el taconeo inicial dieron la bienvenida a una noche muy especial y llena de emoción. Un show que tuvo de todo, tangos, tanguillos, seguiriyas, bulerías y una de las mejores exponentes del flamenco. Era la noche de "Sabores", la noche del encanto por ese baile típico de Andalucía, la noche de de Sara Baras.

La suerte me acercó al escenario y a sólo metros del show todo parecía increíble. Mientras el cataor de fondo no dejaba de sollozar sus melodías, la guitarra hacía lo propio con cientos de punteos y rajeos que embobaban a quienes esa noche nos deleitamos con el último espectáculo de esta diva, show dedicado a su madre, su primera gran profesora del flamenco.

No pude perderme ni un segundo de la hora y media que duró el espectáculo. Las manos y el cuerpo tiritaban por estar bailando y aplaudiendo, mientras la imagen de mi hermana (la bailaora profesional familiar) y mi pequeña incursión en el mundo del flamenco junto a mi amiga Carola no me dejaban de rondar en la cabeza durante todo el show.

Algunos critican lo comercial de la presentación, otros, el exceso de técnica y de poco flamenco y quizás tengan razón, pero yo celebro y no me sumo a esos reproches cuando se trata de admirar un baile que de sensual lo tiene todo y de expresión y destreza le sobra por donde se lo mire.

Sin duda, Sara Baras es hoy esa imagen de cuerpo flotante, donde se mezclan movimientos lentos y ritmos enérgicos. Su show, acompañado por excelentes bailaores, es el complemento perfecto para un final que parecía nunca terminar o al menos esa era mi esperanza... Pero todo lo bueno se termina reza el dicho popular.

Mi reencantamiento con el flamenco, o mejor dicho el descubrimiento de mi gusto por el flamenco surgió tarde, lo que lamento profundamente por cuanto sé que lo que aprenda nunca será suficiente para adquirir un buen nivel y por eso celebro la opción de mi hermana quien desde pequeña se envolvió en este baile.

Sin embargo, no pierdo mis esperanzas y por cierto una de mis tareas pendientes en esta Madre Patria es aprenderlo y qué mejor incentivo que el show de anoche, especialmente luego de ver bailar a Sara Baras, el mejor de los referentes....

Wednesday, May 03, 2006

Un lugar llamado Tossa del Mar

Hay sitios que te traen recuerdos de tu niñez. Otros que te evocan sentimientos y olores de lugares que has visitado. Y están aquellos que no sólo te permiten recordar, oler y sentir sino además mezclar todo lo anterior y disfrutar de sensaciones fuertes y muy gratas.

Un lugar llamado Tossa del Mar, a sólo 98 kilómetros de Barcelona es el entorno que provocó ese cúmulo de sentimientos que por varios minutos o incluso horas me llevaron a viajar a épocas pasadas y recientes, donde el color del agua, el olor a vegetación, la imponencia de los acantilados y la construcción de sus casas eran el escenario de miles de fragmentos de espacios remotos y experiencias vividas.

Sin duda que esta playa de la Costa Brava, un rincón donde la ciudad moderna se mezcla con la medieval, es un lujo para quienes en plan turístico deambulamos por sus calles estrechas, sus casas blancas y sus murallas adoquinadas. Pero también es el lugar magistral para mirar por horas sentada en un banco cómo la vegetación se mezcla con el mar, cómo las gaviotas con su vuelo pausado se detienen en un roquerío, y cómo ese mar tan distinto al Pacífico brilla con colores propios, y que pese a no tener oleaje, te encanta y atrapa en una inmensidad que se sabe finita.

Quizás sea la necesidad humana de buscar siempre la pertenencia en lugares desconocidos que mi paseo por Tossa del Mar, además de significar un buen momento para compartir con Maipú, Fede y JP, fue una experiencia más que gratificante donde los buenos recuerdos se mezclaron con la belleza del paisaje. Un lugar que tiene mucho de Isla Negra, de Maitencillo, y si viajamos un poco más lejos, de Positano y Capri, en Italia.

Tossa, como cuenta la historia fue el "paraíso azul" del pintor Marc Chagall, quien por largas temporadas se refugió en ese cuadro de pinos, arenas blancas y mar. Un lugar que lo acogió desde el primer momento y que quedó plasmado en varios de sus cuadros.

Así esta villa de origen romano es parte de esa costa que tiene mucho que ofrecer a quienes tenemos la suerte de tenerla a sólo 1 hora y media de distancia o a quienes por curiosidad se dejan caer y se terminan enamorando del lugar. Sea como sea es un sitio que todo aquel que ande por la zona debiera conocer...