Empieza el conteo...
5...4...3...2...1 ...Y así se va otro año más. Y empiezan los recuentos. Esos momentos de plena nostalgia donde te sientas y piensas en las miles de cosas que hiciste, en lo bien y mal que lo pasaste, en las personas que conociste, en lo que dejaste de hacer y te arrepientes por no haber dado el paso correcto en el momento adecuado o te alegras de no haber desertado.
Pero también aparecen en los canales esos programillas que te abstraen. Esas imágenes que siempre aparecen y desaparecen con rapidez. Que te atrapan y te hacen vivir una y otra vez esos hechos que ocurrieron durante el año que está por concluir. Lo admito, me encantan esos programas...

Es el momento de asumir que un nuevo año se fue, que cada día los años se pasan más rápido y que eso, quieras o no, es el primer síntoma de la vejez... que terror!
Y así también aparecen los horóscopos, las predicciones, los anhelos de bonanza para el año que viene, los buenos augurios. Es como si el espíritu de cada uno se renovara del 31 de diciembre al 1 de enero, cuando en verdad al final uno siempre el primero de enero está más destruido que entero.
Porque esa obligación exacerbada por "tener" que pasarlo bien... porque es Año Nuevo. A mi juicio es lo peor del Año Nuevo. Porque nunca me gustaron las fiestas masivas, o gastar dinerales en lugares donde nadie te ve, el alcohol se termina a las 2 de la madrugada y donde ni la música es buena.
Prefiero entonces pensar en todo lo que hice este 2006. Este año "full Barcelona" que me deja un saldo de buenos recuerdos, un gran crecimiento, mucho carrete, buenos viajes y grandes amigos y amigas…
Viajé más que nunca en mi vida; conocí a personas que realmente están de museo y me hice de grandes amigos; recorrí la Ciudad Condal de punta a cabo localizando cada bar y rincón de antología; disfruté de la playa como nunca lo había hecho; y me pasaron las cosas más raras que nunca hubiese imaginado.
Fue un año completo. Donde no faltó la pena por la muerte de seres queridos o la distancia en momentos especiales. Pero también abundó la alegría. Celebré mi primer cumpleaños en verano, tomé sangría hasta por los pulmones, fui visitada por las personas que más quiero, grité los goles del Barca, bailé como nunca lo hice en Chile, y disfruté de grandes momentos junto a mis compañeros Kimberly, del Máster y varios otros más.
Y si el 2006 fue un año tranquilo en cuanto a toma de decisiones… uf el 2007 se me viene difícil… A lo menos dos decisiones importantes debo tomar este año y bueno… nadie dijo que fuera fácil… Habrá que brindar con cava por eso…
Feliz 2007!