Friday, January 06, 2006

Melchor, Gaspar y Baltazar...

Para mí nunca ha sido algo especial la celebración de Los Reyes Magos. Creo, incluso, que recién esta semana tomé conciencia que el día 6 de enero es muy especial para miles de personas alrededor de todo el mundo porque celebran la llegada de Melchor, Gaspar y Baltazar.

Vivir en carne propia una fiesta tan lejana, con tan poco simbolismo para mí fue muy extraño, pero también muy entretenido y una experiencia muy nueva. Era como estar mirando desde de lo alto todo lo que estaba pasando en las calles de Barcelona.

La gente saltaba, se reía, gritaba y corría en busca de la caravana que llevó a los Reyes desde la playa de Barcelona hasta el centro mismo de la ciudad. Una tropa que entre la muchedumbre se abría paso para saludar y desear lo mejor para el 2006, mientras grandes y niños pedían en voz alta sus deseos para este año.

Fue una fiesta llena de colores y sonidos. De carros alegóricos decorados con mucha preparación y hermosos diseños, en donde Melchor, Gaspar y Baltazar eran los protagonistas de una fiesta multitudinaria, donde ni el frío ni la lluvia impedían que familias enteras se volcaran a las calles a mirar el espectáculo, mientras los niños corrían tras los dulces que se regalaban.

Primero vino Melchor. Era el primer Rey Mago y con él se daba inicio a la gran caravana. Todo el mundo celebraba y aplaudía su paso por las calles frente a Plaza Catalunya, el corazón turístico de Barcelona. Tras él venían las cortes reales con las cartas de miles de niños que pedían sus regalos de Navidad. Le seguía Gaspar, acompañado de mucha música y grandes gaviotas de género que imitaban el vuelo de los pájaros por el mar. Y finalmente Baltazar. El rey mago negro que era acompañado por tres o cuatro camellos. Los pobres animales iban tan cargados como si fueran a cruzar el desierto y con cara de pavor entre tanto barullo.

La felicidad iba dando paso a la tranquilidad a medida que pasaban los Reyes. La ciudad volvía a su normalidad, pero el espíritu continuaba en los hogares españoles.

Fue una gran festividad, una linda noche de reyes, una especial manera de cerrar las celebraciones de navidad y año nuevo en el viejo continente y de paso una noche en donde entendí que ser niño es más que recibir regalos, es la ilusión de creer y ser parte de esas tradiciones navideñas.

2 Comments:

At 8:56 AM, Anonymous Anonymous said...

Córcholis, ya vamos en el sexto "post". Parece que esto va en serio. Y qué historia más tierna. Mi madre me contaba cuando era pequeño que en el norte de nuestro tercermundista país se festejaba la "Pascua de los Negros". Luego busqué en el diccionario la palabra "Epifanía". Y después de eso, vi en el Chavo del Ocho que existía eso del "Día de Reyes". Pero nunca pude convencer a nadie para que me hiciera regalos también el 6 de enero. Sólo recuperé la alegría cuando supe de aquel Baltasar con "s" que se apellida Garzón.

 
At 7:50 PM, Blogger El Hincha said...

ya quiero ir, ya quiero ir!!! yo la verdad ni ahí mucho con los reyes magos, pero tu historia me gustó! No te animaste a una nota pa emol??? habría estado genial. En fin, un día menos, ya tengo sueño!
oye, estás segura que no quieres ron?
besos

 

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